sábado, 3 de agosto de 2013

Fuerza y Coraje


Nos sentamos con José en las reposeras del patio mientras la carne de la parrilla se asaba.. Tomábamos algo fresco aprovechando el espectacular mediodía del sábado mientras los Rolling Stone sonaban de fondo. Vermouth de por medio y tirados como lagartijas al sol,nos relajamos y empezamos a charlar de nuestras cosas. Por la vereda veíamos pasar a la gente que aprovechaba para ir de compras, lavar el auto o cortar el césped. El día se prestaba para todo.
-¡Por favor,que día hermoso!,le dije mientras tomaba un trago de americano
-"¡Seeee,espectacular! Lástima que no pudieron venir los demás",contesta José con el vaso en una mano mientras con la otra acariciaba su voluminoso abdomen. Luego se paró con aparatosidad para agarrar pan y una rodaja de morcilla fría.
-"Ellos se lo pierden". Y prendí un cigarrillo.
Estuvimos sin decir nada por un rato, disfrutando de los rayos del sol mientras veíamos pasar a la gente por la vereda. La parrilla despedía un increíble aroma a sabrosa carne asada.
Doña Rosa, mi vecina de al lado, pasó con una bolsa repleta de mercadería y me saludó con un-"Hola vecino,usted sí que la pasa bien,¿eh?". Sonreí y le respondí con un: -"¡se hace lo que se puede,doña Rosa!" y levanté mi vaso a su salud.
-"¿Viste? ¡somos la envidia del barrio!", dice José con la boca llena mientras pequeñas migajas de pan caían sobre su peluda panza. Lo miro ahí despatarrado al sol,en pantalones cortos,descalzo,sin remera y le digo,riéndome,"¡pppfff! Somos dos ganadores natos,¡mirános!" y se rió conmigo.
-"¡Todo esto es producto de una buena vida!",dice y con sus dos manos mueve la panza como gelatina. Yo también tengo panza pero no me gusta mostrarla ni jactarme de ella. Ni siquiera me gusta andar"en cueros". José no tenía problemas con eso. De hecho aprovechó que mi mujer y mis hijos se fueron a lo de mi suegra y se puso cómodo, como si estuviera en su casa. Estoy seguro que si en vez de rejas de metal tuviera un paredón alto estaría en calzones. O peor,desnudo. Tampoco tendría inconvenientes. Gracias a Dios están las rejas. 
Me paro a ver la carne y escucho que me llaman. "¡Abrime papá!". Me doy vuelta y en el portón veo a mi hijo Santiago, acompañado de dos amigos. Santiago tiene 16 años y está en esa edad en la que son insoportables,la conocida"edad del pavo". 
-"¿Qué hacés acá?...tendrías que estar en lo de tu abuela con tu mamá y tu hermana?"
-"Me encontré con ellos y mamá me dejó venirme,a la tarde voy para allá",se justificó mientras le abría el portón.
Sus amigos me saludaron y entraron detrás de él. Saludaron a José,que los observaba como si fueran extraterrestres. 
-"¿¡Qué hacés,Santy!?,¿Todo bien,chicos?,les dijo mientras seguía mirándolos de pies a cabeza. Los dos  chicos hicieron lo mismo con él, y no era para menos.
José estaba chapado a la antigua y se la pasaba quejando de todo lo actual. Y los amigos de Santiago eran actuales. Estaban vestidos a la"moda",la de ahora: Pantalón enorme y caído, de esos que los bolsillos de atrás están casi en la pantorrilla. Llevaban remeras de fútbol americano y gorras de colores estridentes,una lila y la otra,¡rosa!
Mi hijo lo conocía bien a José y sabía con lo que iba a salir. Desde chico siempre le dijo tío aunque no tenemos parentesco sanguíneo con el gordo. Santy lo conocía muy bien.
-"Voy al baño", les dijo y se metió a la casa. Quería evitarse lo inevitable.
Y el gordo arrancó: -"¿y muchachos,que onda?" le preguntó haciéndose el canchero.
-"Acá andamos don,nos vamos a dar una vueltas por ahí",contestó uno de ellos. Yo me hice el distraído y me acerqué a la parrilla.
-"¿No tienen calor con esas remeras?",sin esperar,siguió,-"Sos hincha de Philadelphia,vos?",le dijo maliciosamente al que llevaba la camiseta con esa inscripción. El pibe sonrió y respondió negando con un gesto.
-"¿Y vos?¿hinchás por Meñakos? ¿Es un club eso?",interrogó con ignorancia al otro pibe.
-"No,es una marca de ropa",le contestó con seriedad. Ahora la mirada del gordo apuntaba a sus cabezas, y les empezó a contar: -"Cuando yo era pibe también me ponía gorra,pero solo cuando había mucho sol...ahora no,¿no?...porque veo que hasta de noche la usan".
Los pibes se miraron y volvieron a sonreír sin saber bien que contestar . José seguía mirando las gorras y casi sin respirar siguió martirizando a los pobres chicos
-"¿ Y no se hacen más de color negras? Porque yo ni en pedo me pongo una gorra rosa...pero bueno,son gustos...¿me parece a mi o la tienen mal puestas? Se les van a caer,están apenas apoyadas y muy de costado!...más adentro y derecha pongánselas, dale, ¡así!..." E hizo un gesto de movimiento hacia abajo con las manos,como si tuviera una gorra imaginaria en la cabeza . 
-"No,se usa así,don", respondió uno de ellos.
-"Aaaah",dijo poco convencido de que eso fuera verdad. Pero esto pasó a segundo plano. Había encontrado algo más para criticar: algo brilló en la boca del pibe cuando le habló.
-"¡¿Tenés algo en la boca?!",dijo haciéndose el sorprendido. El pibe sacó la lengua y le mostró su piercing. José,con una teatralidad sorprendente arqueó su cuerpo hacia atrás y se agarro la cabeza con las dos manos ,gritando -"Nooooo,¡¡¿¿qué te hiciste,nene??!!...¿¡como vas a ponerte eso en la lengua!?. Indignadísimo estaba el gordo.
Mi hijo abrió la puerta y sacó su cabeza. Me hizo un gesto como para que me metiera en la charla y sacara a sus amigos de esa situación. Pero no le hice caso y seguí escuchando el sermón. Me estaba divirtiendo mucho.
-"¡¿No te duele eso?!...¿Cómo hacés para comer? Uds están locos...mirá que yo soy moderno,pero esas cosas no me van a mi...un aro,vaya y pase,¡pero una pelotita en la lengua,no! Están meando afuera del tarro me parece". Los pibes se rieron con complicidad.
Santiago había salido del baño y con terrible cara de culo,dijo:-"Tío,dejáte de joder,en tu tiempo era raro pero ahora es normal,como los tatuajes",tratando de cerrar el tema.¿¡Para qué!? Le tiró nafta al fuego.
-"¡Nooooo,Santy! ¡Los tatuajes son otra cosa! Yo también tengo algunos...",dijo orgulloso mostrando su brazo derecho donde tenía un Jesús azul opaco hecho con tinta china y otro más pequeño abajo con el nombre"Graciela". Bastante fuleros los dos. Y les preguntó,-"¿Tienen tatuajes ustedes?".Los dos chicos se arremangaron el pantalón y le mostraron los suyos. Uno tenía una figura extraña en la pantorrilla,dijo que era un tribal. El otro tenía algo escrito en chino que según dijo significaba "Fuerza y Coraje". 
José se puso como loco,-"Noooooo,¡¡como te vas a poner algo en chino en la pata!! ¡Y vos ese coso raro! ¡¡Un tatuaje es para toda la vida!!...Graciela era el nombre de mi vieja y la tengo acá porque es mi viejita,¿entendés? ¡Y este es Jesús!¿Saben quién es Jesús? ¡Vos tenés algo que sólo lo entiende el chino del supermercado! Los pibes de ahora están locos..." y de un trago se tomó lo que quedaba del vaso y los siguió mirando,buscando algo más para criticar.
-"¿Por lo menos ganan minas así? Digo...esa onda ayuda en algo,me imagino,¿no? ¡por lo menos chinas te debes levantar vos!",dijo con una sonrisa burlona. Los dos pibes se rieron sin decir nada.
Mi hijo,ya cansado de escucharlo al gorde les hizo un gesto a sus dos amigos y luego se dirigió hacia mi para decirme,"Nos vamos,pá". Escuché un par de  suspiros de alivio. Me saludaron los tres con un beso.
-"¿No se quedan a comer?", les preguntó José
-"No tío,no podemos", dijo Santiago. 
-"Gracias igual",agradeció el de la pelotita de acero en la lengua. Y lo saludaron con un apretón de manos.
-"Chau Don",le dijeron y encararon rápido hacia el portón.
-"Chau chicos,diviértanse" y se quedó mirándolos hasta que estuvieron fuera de su campo visual.
-¡¿Viste lo que son estos pibes?! ¡Mamita¡ si el tuyo se quiere hacer algo de eso dale con una ojota en el lomo",me dice mientras ubicaba estratégicamente los carbones de la parrilla.
Y siguió,-"Dejáte de joder!..."Fuerza y Coraje"en chino! Jajaja,¡¿como carajo sabés que dice eso?! Capaz dice "puto el que lee" y él ni se enteró",y soltó una carcajada sonora y muy molesta.
Y finalmente concluyó, -"Aaay Dios mio,estos pibes de ahora son tan ridículos!..¡¡¡Uuuuhh,escuchá ese temazo!!!",tomó el atizador de la parrilla y poniéndolo como guitarra empezó a tocarla siguiendo los primeros acordes de "Satisfaction" en el equipo de audio, era como un Keith Richards  en cueros,descalzo y con la panza peluda. El gordo sí que sabía de ridiculez.
                                                                                                                         FIN

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