martes, 19 de mayo de 2020

Boca de mi vida


De Miguel Escobar

Personajes: Labruna, 60 años apoximadamente. Riquelme: 32 años. Viste con camiseta de Boca Juniors. El dialogo transcurre en una tarde del año 2044.
Labruna: ¿Fue penal? 
Riquelme: Penal grande como una casa. La puta madre. El presidente debería decretar una semana de duelo. 
Labruna: Pero si el presidente no es de hincha de Boca. Tampoco es para tanto. No es una tragedia. 
Riquelme: La mitad más uno del país de luto. ¡Me quiero morir! 
Labruna: Es solo un resultado deportivo, nene. 
Riquelme: Angelito es un impacto sociocultural. Labruna: (Asiente) Bueno. También lo es. Pero tragedias en serio ha habido miles en el fútbol argentino. Deportivas y extradeportivas llamémoslas. Algunas serán olvidadas lamentablemente. Algunas ocurrieron antes de que yo naciera. Por ejemplo la tragedia de la puerta 12 en el monumental cuando el mundo miraba con ojos atentos el Mayo Francés. O la muerte de un laburante que trabajaba en la cancha de Boca hace ya 25 años. 
Riquelme: Una mierda todo eso. Se me había olvidado lo de ese trabajador. 
Labruna: Eras chiquito. 
Riquelme: Pero lo leí en algún lado. 
Labruna: Habrá que empezar a reconstruir sobre nuevas bases al club. Leí que la Bombonera se llenó como nunca. 
Riquelme: Es un golpe muy duro Angelito. En el estadio no cabía un alfiler. Setenta mil almas alentando a más no poder, banderas, papelitos, todo azul y oro. Era como la final del Mundial de clubes. 
Labruna: Yo lo escuché por la radio como cuando era chico. Mi viejo muy acertado me decía que este superclásico fue como el Argentina-Brasil del mundial de Italia `90. Vos no habías nacido aún. Yo lo vi en los videos de la web. Mi viejo me lo cuenta así: "En ese encuentro los brasucas nos cagaron a pelotazos, tiros en los palos, los argentinos teníamos los huevos en la garganta. Bueno así me lo contó mi viejo. Hasta que pum, Diego y su pase magistral para el Cani y definición igual de magistral, exqusita, de 'El hijo del viento' y a semifinales." Pasó lo mismo en este superclásico. Baile de Boca pero en una jugada lo embocamos. 
Riquelme: Es un golpe muy duro. No digas “lo embocamos”. Vos no jugaste viejito. 
Labruna: (sonríe). Y vos no digas porque dijiste dos veces "Es un golpe muy duro! No exageres.
Riquelme: Es asi! Lloré todo el viaje en bondi hasta llegar a mi casa. ¿Vos no estás feliz con el campeonato? 
Labruna: Soy feliz de diferentes modos. No hinches las pelotas. 
Riquelme: Las gallinas no paran de gastarnos por todas partes. 
Labruna: Es lógico que así sea. Ustedes harían lo mismo. 
Riquelme: El temas es que vos y yo vivimos el fútbol de diferentes maneras. 
Labruna: Ahí tenés razón. Pero no dramatices. 
Riquelme: Es como decía Darroux. 
Labruna: (desconcertado) ¿Quién? 
Riquelme: Darroux, uno de los nietos desaparecidos recuperados. 
Labruna: ¿Qué decía? 
Riquelme: Decía que el fútbol es una pasión irracional. Es amor por la camiseta y pasión por los colores. 
Labruna: No seré tan irracional entonces. (Ríe) 
Riquelme: Por eso no llegaste a jugar en primera. 
Labruna: Burlate. No seas tan simplista. Es rara esa pasión del hincha. O como decís vos, irracional. Es interesante ese amor por los colores. A prueba de balas. Pero no sé puede vivir irracionalmente.
Riquelme: ¿O sí? 
Labruna: No sé. (Pensativo, luego sonríe). 
Riquelme: Estoy desesperado Angelito. Quiero romper todo. 
Labruna: Pará. ¿Te echaron del laburo? Riquelme: No boludo. Boca es un sentimiento, es el pueblo (agregar algún cantito) 
Labruna: ¡Qué irracional sos!! (Ambos se ríen) 
Riquelme: Es más fuerte que yo. Se me parte el alma. ¡Que se vayan todos! (Camina de un lado a otro, gesticula). Una derrota, en el superclásico te lo bancas, que den la vuelta olímpica en tu cancha también te lo bancás. Pero esto es un desastre. Perder en estas circunstancias duele mucho más. No lo puedo creer. No lo puedo pronunciar. 
Labruna: Calmate nene. Fue muy malo el año de Boca. Mirá, ya ni me acuerdo en que año River se fue a la B pero yo ya lo había anunciado en ese momento. Hace años. Le había tocado a cada uno de los otros grandes. A Boca alguna vez le va a tocar me decía como consuelo también. Pero ningún bostero obviamente se iba a hacer eco de eso. Ahora otra es la historia. Imagino que en aquel momento alguno de los 40 millones de habitantes lo pensó igual que yo. O al menos parte de los hinchas de River. Al menos los más fanáticos. Pero que ningún editorial o periodista de Olé u otros diarios lo dijeron con todas las letras. 
Riquelme: Estamos en la B (Se agarra la cabeza).
Labruna: ¡Vos sí! ¡yo no! 
Cae el telón.