sábado, 27 de julio de 2013

El Tiro Libre

El defensor me empujó con violencia cuando lo gambeteé y me hizo volar por el aire. Falta directa a dos metros del área cobró el árbitro. Recién entro al campo y  ya tenía una clara chance de hacer gol. El piso de la cancha no está en buenas condiciones pero igual voy a acomodar el balón unos centímetros más atrás de donde me marcó el referí. Por culpa de la lesión estuve afuera de las canchas varias fechas y apenas si pude llegar para la gran final. No pude entrar antes pero el DT confiaba ciegamente en mi y me puso los últimos cinco minutos para dar vuelta el 1-2 con que estábamos perdiendo la Copa. Era ahora o nunca. Teníamos un gran equipo,muy mentalizado  y con ganas de darle una alegría a la gente que tanto nos alentaba. Además era nuestra casa,nuestro estadio. Eramos mayoría. El ruido era ensordecedor. Escuchaba corear mi nombre. No podía fallarles. Si metía el gol ahora empatábamos el partido y obligaba a ir al suplementario. Y con el golpe anímico seguro que lo ganabamos. Sería una fiesta y yo quería ser la figura de la tarde.
Me acomodo las medias y la gruesa barrera se mueve según las órdenes del arquero. Primero unos centímetros a la derecha,luego unos a la izquierda,sacuden su cabeza,se rascan,me quieren desconcentrar... hasta que encuentran el punto justo en donde me tapan el primer palo completamente. El arquero se acomoda en el otro,el que me queda más lejos. Espero la orden del juez mientras vuelvo a mirar hacia donde voy a enviar el balón. Voy a intentar darle comba por sobre la barrera .Sé que se va a mover porque siempre lo hacen,pero le voy a pegar bien fuerte para que pase primero la pelota. Me acomodo la camiseta y miro nuevamente el arco disponiéndome a patear...
-¡Daleeee,pateá de una vez,que me aburro! ¡¿Taaaanto vas a acomodarla?!- me dice mi hermanito menor apoyado contra el tejido que hacía de arco en el fondo de nuestra casa. Mi perra Canela con su enorme panza llena de cachorros que hacía de barrera, ya se había ido a acostar a otro lado,cerca de donde estaban los albañiles que estaban levantando la pared de la medianera y que nos miraban jugar mientras descansaban y tomaban mates. Antes de poder patear mi mamá,desde la ventana de la cocina,nos llama a los gritos para que vayamos a tomar la leche. Pateo la pelota semi desinflada y esta que queda a mitad de camino pero igual grito fuerte "goooooooooooooooooool",abrazo en el festejo a mi hermanito y nos vamos corriendo, felices, a merendar.
                                                                                                                  FIN
                                                                                    Dedicado en su cumpleaños a mi amigo Pablo Kovac

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