lunes, 29 de julio de 2013

La Señal

Quedarse en la ruta en medio de la nada es lo peor que le puede pasar a un viajero. Digo"ruta" y exagero. Un asfalto mejorado a varios kilómetros de lo más parecido a una ruta que vi en las últimas horas. No suelo viajar solo,pero esta vez al ser un tramo que supuse relativamente corto lo hice para no molestar a ningún familiar o amigo. Y ahora estaba solo y en problemas.
Sin saber nada de mecánica me doy cuenta que tanto humo saliendo del motor no es bueno. Paro,abro el capot y una densa humareda húmeda y calurosa se abalanza sobre mi. Apoyo la varilla y lo dejo abierto sin saber que bien que hacer. Miro mi celular solo para asegurarme que no tenía señal. No tiene bajo un puente menos va a tener en el medio de la nada. Igual probé suerte y levanté mi Nokia lo más alto que pude como ofreciéndoselo al Señor. Ni el Señor ni el satélite escucharon mis plegarias.
El pueblo más cercano está a unos 100 kilómetros y ahora dependía de algún camionero o automovilista que me socorriera. A mi alrededor solo campo y más campo con un mar de pastos altos y verdes que se pierden hasta el horizonte. A lo lejos algunos árboles agrupados y más pasto. Si fuera vaca sería feliz.
Pongo los brazos en jarra y vuelvo a mirar el motor. Plásticos,mangueras,tuercas,metal y cables,todo ahumado y emanando olor a vapor de agua y aceite. O algo así. Una manguera esta rota y al tocarla me doy cuenta que además esta muy caliente. 
Me siento al volante con los pies en el asfalto esperando que algún auto asome por cualquiera de los dos frentes,pero solo el espejismo fantasmal del asfalto mojado que irradia el calor del sol. Me paro,doy vueltas alrededor del auto y vuelvo a ver el motor pero el muy caprichoso sigue ahí,descompuesto. 
Pasan las horas y aunque parezca increíble no pasó un solo auto. Los nervios empiezan a aparecer cuando veo que el sol lentamente va desapareciendo en el horizonte. En un rato va a empezar a oscurecer y no me gustaría pasar la noche ahí. ¿Qué hago? Pruebo suerte y giro la llave para darle marcha a ver que pasa pero el motor hace un ruido terrible que pensé que el auto iba a explotar. Me da hambre y no tengo nada para comer. La imagen de la vaca otra vez aparece en mi mente. También sed,y mucha. Me siento en el pasto y con bronca golpeo con las dos manos el suelo mirando a lo lejos sin saber que hacer. Inconscientemente muerdo un pedacito de hierba que quedó en mi mano del golpe que acababa de dar y confirmo que no es de sabor agradable. Cuando la desesperación comienza a ganarme veo que allá a lo lejos,calculo que unos 1000 metros,cerca de un grupo de grandes árboles sale humo. Como si fuera una fogata. Me paro y me hago sombra con la mano para tapar el sol del atardecer y efectivamente es así,¡es humo!. Salgo corriendo como un loco y me sentía Laura Ingalls corriendo entre los largos yuyos. De la emoción y sin mirar donde pisaba me llevo por delante un pequeño arbusto que hace que ruede ridículamente, pero me levanté como un rayo y sigo corriendo sin que me importe el tremendo golpe que me di en la rodilla. "¡Uuuh,la puta madre!,grité. Paré y me dí cuenta que sí me importaba el tremendo golpe que me dí,me agarro la pierna y me hago una bola y vuelvo a rodar maldiciendo una y otra vez. Me paro e intento correr pero el dolor continúa así que voy rengueando hasta que de a poco se me pasa. Vuelvo al ritmo de antes y cual gacela salto en la pradera a una velocidad sorprendente. El humo está cada vez más cerca y no me importa si el que lo prendió es un violador o asesino serial  siempre y cuando sepa de mecánica o tenga un celular con señal. Apenas puedo respirar de la agitación pero igual grito lo más fuerte que puedo:"¡¡hoooooola...hooooooola!!",agitando los dos brazos al mismo tiempo. Llego al árbol más cercano y me apoyo mirando al suelo tratando de respirar con dificultad. Mi rodilla sangra pero sigo esta vez caminando rápido. El humo sale de detrás de un árbol de tronco muy grueso. Ante de llegar grito "¡heeeeeey,hoooola! Giro mi cabeza y veo que mi inservible auto a lo lejos con el capot levantado es apenas una mancha roja entre tanto verde.  Cuando por fin llego al árbol veo que a metros de él había otra pequeña calle de tierra semiescondida por los pastos altos,y el humo que veía salir era del motor fundido de otro auto. Su dueño estaba sin remera, con el pantalón roto y la espalda sangrando,parado sobre el techo e insultando con el celular en la mano apuntando hacia el cielo. Por lo menos ya no iba a estar solo. Y acá los pastos parecían más tierno.
                                                                                                        FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario