martes, 23 de julio de 2013

La Única


Suena el despertador. A ciegas lo silencio con un pesado golpe de mi mano. Cinco minutos después se repite la situación. Ésta es la vencida.
Con pocas ganas y todavía con  sueño feroz me siento en la cama y prendo la lámpara de la mesa de luz. 4:16 am.
El hotel en el que pasé la noche es cómodo, pero no es mi hogar. Hace años que no tengo un hogar estable.
Todos los hoteles son iguales, a todos les falta el calor, sencillez  y confort que sólo da un hogar.
Nunca paso más de una noche en ellos,dos como máximo.
Me visto y todavía medio dormido y con frío me levanto buscando la puerta del baño. Me cepillo los dientes mirando en el espejo mi rostro demacrado. El agua caliente hace circular la sangre de mi rostro y las marcas de la almohada lentamente desaparecen.
Tomo las llaves y la billetera y salgo de allí. Durante el trayecto por las escaleras en busca de la puerta de salida pienso en lo mal que terminó todo la noche anterior. Otra vez. <No debí hacer esa escena de celos>,pienso. Es más fuerte que yo. Y la pelea también estuvo de más. ¿Pero qué iba a hacer? Ella es mía. Sé que no es un objeto pero es muy difícil para mi manejarlo. Es la centésima vez que me pasa...y siempre llevé las de perder. El resultado nunca cambia,ella se aleja de mi dejando mi corazón hecho trizas. La culpa y el dolor corroen mi alma y siempre crece en mi la enorme necesidad de escaparme de allí.
Cada huida me mataba un poco más. Pero nunca pude quedarme, la vergüenza y la ira manejaban mis acciones.
Hoy me vuelve a pasar. 
A metros de llegar a la conserjería del hotel me pongo los lentes para ocultar mis ojos todavía rojos. Tengo que tomarme urgente un tren e irme a algún lugar lejano por un tiempo,hasta que la vergüenza y el dolor desaparezcan. En la calle todavía hay una oscuridad penetrante pero no me detiene. Camino rápidamente en busca de un taxi. Nadie en la calle,es demasiado temprano. Me subo el cuello de la campera,pongo las manos en mis bolsillos y apuro el paso hacia la estación de trenes. Son unas diez cuadras,"no es tan lejos y en unos minutos estaré allí",pienso. El destino aún no lo sé. El camino por las deshabitadas veredas me invitan a reflexionar...¿Por qué no puedo aceptar que hable con otros hombres? ¿por qué actuar como un idiota? ¿Cuántas mujeres he perdido por lo mismo? Muchas preguntas y ninguna respuesta. El dolor de otro amor perdido hace que mis ojos todavía rojos de ira se humedezcan. Las lágrimas deberían ser una demostración de que mi amor es verdadero,aunque ellas siempre la definían como una enfermedad...¿Que sabían ellas de lo que pasaba dentro mio? Nada...no sabían nada. No sabrían reconocer el amor puro ni aún teniéndolo en frente. En cierta forma no me merecían,ninguna de ellas. Ya encontraría la mujer ideal para mi,que me comprendiera y que me amara como yo a ella. "Era cuestión de tiempo nada más",me tranquilicé. Había llegado a la estación. Pregunté en cuánto tiempo salía el próximo tren y me respondieron:"En 10 minutos,señor" . Respiré aliviado, no aguantaba más estar en la misma ciudad que ella. En unos instantes iba a alejarme de esa farsante que nunca me quiso y que me dijo las palabras más horribles que el oído de un hombre enamorado ha escuchado. 
El tren abre sus puertas y por el altavoz dan la información del destino y el horario de salida. Entro al vagón donde suben otras tres persona más y me ubico en el fondo,bien lejos de ellos. No quería a nadie cerca mio. Odiaría que alguien me hable en este momento.
El tren se pone en marcha y a los pocos kilómetros el sueño me gana la pulseada. Mis manos todavía están en mis bolsillos. A esta altura creo que ella es la única que me entiende,la que nunca me deja y la que no me reprocha nada. A veces siento que tiene vida propia,que ella sabe cuando actuar. Si...estoy seguro que es así. Lo hace para alejarme de las que no me aman,pero también es la culpable de manchar de sangre mi alma. Ya son diez las mujeres de las que me salvó,a pesar de que les dije que las amaba. Pero ella es sabia y sabe lo que hace. Y lo que me conviene. Un nuevo destino,lejano,nos esperaba. Algún día todo esto terminará,de una forma u otra,y los dos lo sabíamos muy bien. Ella sí me daba seguridad. Acaricié mi arma y nos dormimos.
                                                                                                                         FIN

6 comentarios:

  1. Me encantan los relatos en primera persona y este es fantástico, te hace meter en el personaje!!! te felicito, excelente trabajo!!!

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  2. Gracias Charli. Es el primero que hago con este recurso pero no será el último,me alegro que te haya gustado!

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  3. Agradecimientos a Paola por la ayuda brindada!

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