sábado, 4 de abril de 2015

La Venganza de Jhon-II Parte


Cuatro meses pasaron desde que el juez del estado de New Jersey sentenció a Jhon Maverick Car a cadena perpetua por asesinato alevoso y premeditado de treinta y dos personas.
Luego de escuchar la durísima sentencia Jhon sintió su estómago cerrarse por primera vez en décadas. 
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Penitenciaría estatal de New Jersey. 14:42 hora del este.
Jhon Car,el loco asesino veterano de guerra yacía en la pequeña y sucia litera de su celda. Tenía la mirada perdida en el colchón del camastro superior. Odiaba ese inmundo lugar.
De pronto escuchó el ruido del portón metálico que se abría y la voz de su compañero que le decía:
-¡Jhon,sal al patio ya! Jay C organizó un partido de fútbol soccer contra los latinos y necesitan jugadores de recambio.
Al escuchar esto Jhon sintió una punzada en su voluminoso abdomen.
-"Larry,hoy no estoy para esas bromas"
-¡Es verdad,Jhonny! Jay C habló con ellos y jugarán por la ración de comida de la noche y unos atados de cigarrillos...y es más que probable que corra sangre-,dijo haciéndole un guiño cómplice.
Jhon se levantó de un salto. Sintió que su enorme,enorme cuerpo,ahora tatuado con imágenes de cuerpos mutilados,pasajes de la biblia,menús de fast foods,mensajes xenófobos,rostros de compañeros de guerra y el de George Bush padre,recobraba vida.
-"Oh,men,¡habérmelo dicho antes!". Se calzo su musculosa blanca y salió de la celda rumbo al patio. <sangre>,pensó relamiéndose.
En el amplio patio los reos se dispersaban al ver a Jhon moverse como una tromba. Los acontecimientos en Yellow Fourth Bros le habían dado un gran respeto entre aquellos criminales. "El asesino de la barbacoa" le decían ,aunque siempre a sus espaldas y en voz baja por miedo a las represalias. Los presos neonazis lo admiraban por aquella masacre y los latinos y negros le temían y odiaban en partes iguales.
Jhon se acercó a Jay C, un skinheads encarcelado por asesinato y robo. En el corto tramo al patio el ex marine ya había transpirado como si hubiera corrido una maratón.
-Oye Jay,-dijo con la respiración todavía entrecortada- cuenta conmigo para el juego...a estos ilegales se las tengo jurada desde el día en que pisé esta pocilga-. 
Jay C no pudo no evitar sonreír al recordar aquella situación: en su primer día Jhon había entrado a las duchas con una diminuta toalla en la cadera que no alcanzaba a taparle sus partes nobles y sus enormes nalgas quedaban a la vista de todos. En el rincón donde se concentraban los latinos comenzaron a gritarle cosas en español y a reírse a carcajadas. Algunos por el ataque de risa se tiraron al suelo y golpeaban con sus puños el suelo mojado. John nunca olvidaría esa desagradable y vergonzosa situación. La sonrisa de Jay confirmaba que el tampoco lo había olvidado. Pero el skinheads también sabía que John era capaz de hacer cualquier cosa por lo que le dijo amigablemente:
-Jhonny,mira...quiero probar en la ofensiva a los nuevos,Lionel Pinky y Aldous Bighead...tú sabes,son jóvenes y tienen experiencia ya que en la preparatoria jugaron al fútbol soccer muchos años...¿no te molesta verdad?- Jay C vio que la expresión del rostro de Jhon no cambiaba e intentó convencerlo suavizando aún más la voz.
-Jhonny,Jhonny,tú como yo queremos ganar este maldito juego. Si lo hacemos habrá doble ración de alimentos y cigarrillos para todos. Te prometo que ni bien tengamos el juego controlado entrarás y podrás darte el gusto de demostrarle a estos bastardos cuánto vales-
A Jhon esas palabras le trajeron tristes recuerdos. Lo que acababan de decirle sonaba igual a lo que solía decirle su ex cuñado Jhosep Hyzak,ese maldito reidor que acabó lleno de plomo de su AK-47. <El muy bastardo en este momento debe estar riéndose en el infierno>, pensó.
-Ok Jay, estaré esperando en la banca,pero no me defraudes.
-Tranquilo amigo,cuento contigo.
Se sentó en el suelo a un lado del precario campo de juego junto a otros reos que hablaban entre ellos y reían felices. Pero John no era feliz.
Extrañaba su camión,sus armas,su familia y sobre todo la comida casera. Para colmo de males su mujer Serenity lo había dejado por su mejor amigo,Adrien Reginald. <Adrien,obeso homosexual reprimido,espero te pudras en el infierno> Ante este pensamiento,John escupió sonoramente al suelo.
El juego comenzó. Los latinos manejaban el balón y a escasos dos minutos marcaron el primer tanto. A los cinco ya iban adelante por cuatro en el marcador. John veía lejos la posibilidad de ingresar. El  cálido sol sobre su cabeza y el puré de patatas con chicharos del almuerzo comenzaron a fermentar en su estómago y a darle sueño.
<¡Oh,men,otra vez quedaré afuera del juego!>. Ese fue su último pensamiento antes de dormirse profundamente.
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-Hey,Jhonny,gordo cabrón...¡despierta!
Jhon sintió que sacudían su hombro frenéticamente. Abrió los ojos y la imagen ante él lo hizo estremecerse de miedo. Allí, en frente suyo estaba Jhosep Hyzak que lo miraba con su imborrable sonrisa burlona. En su frente tenía un gran hoyo con sangre coagulada. Su torso también estaba lleno de agujeros con sangre seca. Se contaban por decenas.
¿Acaso aquello era un maldita pesadilla? Jhon arqueó su cuerpo rodeando el de su cuñado y vio detrás a otras figuras humanas. Allí estaban sus otras víctimas,aquellos a los que había matado en su rapto de locura en Yellow Fourth Bros, Reconoció al musulmán Anib Al Amarijh,a Chandarián,al mafioso Michael Fox Mattioli y al joven Abe Landon, el dueño del predio que aún llevaba en sus manos el gran cuchillo con el que cortaba las lonjas de carne de cerdo de la barbacoa. Y a su lado estaban todos los demás. Pero de entre esa  aglomeración sanguinolenta de espectros sobresalía uno en especial. Era el del chicano Diego Ruiz,el gran culpable de que aquella masacre sucediera. Cuando cruzaron sus miradas el mexicano se tomó los genitales, como ofreciéndoselos a Jhon. Este, con expresión aterrorizada rápidamente se volvió hacia Jhosep que lo miraba fijamente.
-¿Parecemos salidos del vídeo Thriller,no?, dijo Hyzak y lanzó una de sus características  y burlescas carcajadas. Detrás de él se escucharon algunas risitas cómplices.
-Jhosep,yo...yo no quería hacerlo...lo que sucedió es que...-
-¡Jhonny,Jhonny! Cierra esa maldita boca por el amor de Dios. Eso ya está hecho,no buscamos venganza pero sí necesitamos de tu ayuda para poder descansar en paz de una condenada vez. Tu nos trajiste aquí y tú nos vas a sacar. Vengo a proponerte un trato.
Los ojos de Jhon Car se pusieron blancos. Sintió que su enorme cuerpo perdía fuerzas y se desmayó. Los ahora relajados músculos hicieron que una fuerte,larga y sonora ventosidad saliera de sus entrañas.
-¡Oh,boy,este bastardo está más putrefacto que nosotros!, dijo Jhosep tapándose asqueado la nariz. Los espectros estallaron en carcajadas.
                                                                                                                  Continuará